Otoño en Son Bunyola: naturaleza y aventura

El otoño llega a Son Bunyola Hotel & Villas (Mallorca) con un cambio de luz que transforma cada rincón. El Mediterráneo brilla más suave, las laderas recuperan poco a poco su verdor, y el aire huele a romero, sal y tierra húmeda. Su llegada no sólo supone un cambio de estación, sino que constituye el inicio de la mejor época para dejarse llevar por los caminos que recorren esta finca de más de 330 hectáreas, situada en plena Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Por eso, el icónico hotel propone a sus huéspedes disfrutar de su mágico entorno de muchas maneras diferentes, adaptando las visitas a la edad y gustos de los visitantes.

Senderos entre viñedos, olivos y piedra seca

Así, a los amantes de la naturaleza y el senderismo, Son Bunyola Hotel & Villas les recomienda caminar entre siglos de historia, siguiendo las indicaciones de unos mapas que ponen a su disposición con los puntos de mayor interés ecológico. El sendero puede comenzar junto a los viñedos de malvasía, recién vendimiados, seguir entre bancales de piedra seca y olivares centenarios, y llevar al visitante hasta un antiguo safareig, el depósito de agua que antaño abastecía a toda la propiedad. A cada paso, el horizonte se abre al mar y la vista se detiene en Sa Foradada, esa silueta recortada que parece flotar sobre el azul.

Historias que viajan en el tiempo

Para quienes buscan entender la finca más allá de su belleza, el prestigioso historiador Tomàs Vivot conduce excursiones (bajo reserva) que son verdaderos viajes en el tiempo. Bajo su voz, la alquería árabe del siglo XII revive, las leyendas se mezclan con hechos, y la antigua almazara —hoy el restaurante Sa Tafona— se convierte en un testigo silencioso de la vida agrícola que durante siglos hizo de Son Bunyola una de las fincas más prósperas de Mallorca.

La finca a la altura de los más pequeños

Los más pequeños también encuentran aquí su propia aventura. Entre el rebuzno pausado de los burros que deambulan por la finca como antaño, con el claro objetivo de limpiar la maleza; y el balido de las ovejas, los niños participan en rutas donde la interacción con los animales es tan natural como el paisaje que los rodea. Y, cada semana, la finca se convierte en un tablero de juego para una búsqueda del tesoro que les invita a explorar, resolver pistas y descubrir rincones escondidos.

La miel que guarda el otoño

En otoño, las 12 colmenas de abeja autóctona Apis Mellifera Iberiensis con las que cuenta el hotel reposan tras la cosecha de septiembre, pero siguen siendo protagonistas. Los huéspedes pueden acercarse a verlas, ya vacías de miel pero llenas de vida, y degustar en el hotel el mielato de algarrobo oscuro y aromático que han producido. Bajo la guía del premiado apicultor Martí Mascaró, cada cucharada revela el sabor único de la finca y de la estación. Entre colmenas, olivos y viñas, el visitante comprende que Son Bunyola Hotel & Villas no es solo un hotel, sino un paisaje vivo que se renueva con cada ciclo.

Alojamiento en habitación doble con desayuno: desde 715 euros la noche (a partir del 1 de octubre)

Para más información y reservas aquí.

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