El verano es una época muy querida por todos, pero a su vuelta puede haber dejado alguna huella en el cuerpo, debido a que comemos peor, bebemos más alcohol, tenemos menos horarios y más descontrol de sueño, no solemos hacer deporte, etc.
Una de las partes del cuerpo que más puede sufrir tras las vacaciones son los genitales femeninos. Para saber que nuestra zona íntima está en perfectas condiciones no debemos tener síntomas como picor, escozor, mal olor o aumento y cambio del color del flujo vaginal.
“Debido al calor y al exceso de humedad, en algunas ocasiones después del verano y las vacaciones, se ha producido un descenso en el número de lactobacillus que tenemos y puede disminuir el pH vaginal, por lo que pueden aparecer síntomas como escozor, picor o alteraciones en el flujo” afirma Belén Gómez, ginecóloga del Hospital Infanta Leonor y colaboradora habitual de Chilly. Por eso, hay 3 aspectos que debemos tener en cuenta en la rentrée:
1. Mantener la zona íntima seca siempre, durante el verano, teniendo especial cuidado después de los baños, y después del verano.
2. Mantener una alimentación variada, tomando yogures y alimentos con “bacterias buenas”. En algunas ocasiones, tu ginecólogo podría recomendarte un suplemento de lactobacillus por vía oral para reponerlo si fuese necesario.
3. Llevar a cabo una higiene íntima correcta, tanto en casa como fuera de ella. “Durante todo el año es indispensable emplear un gel específico para la higiene íntima, ya que debe tener un pH ácido, estar compuesto por ingredientes suaves, sin perfumes agresivos y diseñado específicamente para la zona genital” afirma la ginecóloga. Un gel de higiene íntima protegerá la zona genital para evitar cualquier agresión a la flora vaginal y a los lactobacillus que la componen, a diferencia de un gel de baño normal, que es más agresivo.
Por ello, Chilly, que acaba de cambiar su imagen por un diseño más fresco y juvenil, propone usar Chilly 3.5 que, como su propio nombre indica, tiene un pH ácido de 3.5, ya que el ácido es el medio más potente de autodefensa del equilibrio de la flora íntima: mantiene las bacterias necesarias presentes en el ecosistema vaginal, evitando la proliferación de otras bacterias perjudiciales u hongos.

“La vagina porta una serie de microorganismos, entre ellos los lactobacillus, unas bacterias que emplean el glucógeno de los tejidos de la mucosa vaginal y lo metabolizan en ácido láctico. Este ácido láctico es el que hace que disminuya el pH vaginal, ayudando a mantener un ambiente ácido que impide el crecimiento de la mayoría de los patógenos. De esta forma, el ácido láctico ayuda a crear un ambiente hostil en la vagina para el desarrollo de posibles hongos y bacterias, evitando así el riesgo de contraer infecciones y/o sufrir sequedad, irritación y picor”, explica la Dra Gómez.
Chilly 3.5, disponible en versión gel para la ducha o bidé y en versión toallitas para fuera de casa, ofrece una protección extra para la zona íntima ya que está enriquecido precisamente con ácido láctico, que estimula la acción de defensa natural de los lactobacillus, manteniendo el equilibrio íntimo natural del pH fisiológico.
Además, está potenciado con molécula anti-olor que ayuda a neutralizar el olor gracias a su acción antibacteriana, es hipoalergénico y está testado bajo control ginecológico.
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