La Camellia japónica es un pequeño arbusto originario de Japón y de grandes flores, conocidas como Rosas de Invierno, por florecer en esa estación. Estas flores, de hoja perenne y de una tonalidad que va del rosa oscuro al rojo, son símbolo de longevidad, amor y felicidad en el país asiático.
Las flores de Tsubaki se utilizan como ornamentación en la ceremonia japonesa del té y su aceite precioso constituye el absoluto de belleza de las geishas desde hace siglos para proteger, nutrir e hidratar su piel y su cabello. Este aceite tiene la capacidad de mejorar la textura de la piel y dar la elasticidad y firmeza, características propias de la k-beauty.
El hecho de florecer en invierno, en temperaturas extremas, y ser capaces de permanecer frescas, incluso bajo la nieve, hace que sus semillas, de donde se obtiene el aceite, sean ricas en componentes protectores, reparadores hidratantes y calmantes. Entre otros principios activos contienen:
Polifenoles, Vitamina E, Escualeno y Saponinas. Fracción antioxidante del aceite de Tsubaki que previene el daño ocasionado por los radicales libres sobre los diferentes elementos estructurales de la piel. Esencial para restaurar la flexibilidad, elasticidad y firmeza cutánea.
• Ácido oleico, Ácido linoleico y Ácido linolénico. Tres ácidos grasos de la serie omega (9, 6 y 3 respectivamente) con propiedades calmantes, especialmente antiinflamatorias, y relipilidizantes. Combaten la microinflamación y aumentan el contenido de lípidos cutáneos, responsables de la función barrera de la piel.
• Ácidos palmítico y esteárico. Lípidos que, como los anteriores de la serie omega, son similares a los que se encuentran naturalmente en la epidermis y que, igualmente, refuerzan la función barrera.
• Vitaminas A y D. Vitaminas con propiedades reparadoras y protectoras.
Estas propiedades tan particulares y altamente beneficiosas para la piel del aceite de Tsubaki le aportan un comportamiento y cualidades sorprendentes, que lo convierten en un icono absoluto de la belleza oriental.
El aceite de Tsubaki aporta una textura altamente agradable y sensorial a las formulaciones cosméticas, sin obstruir los poros. Su ligereza hidratante lo hace perfecto para las pieles normales y secas, pero también para las mixtas o las más maduras.

BLACK ORCHID MOON FACE NECTAR es un suero facial de Tegoder Cosmetics que contiene este famoso aceite además de 3 tipos de orquídeas, conocidas como la flor de la longevidad, ya que tienen la capacidad de prolongar la vitalidad celular de la piel y reactivar sus defensas, así como combatir el envejecimiento cutáneo gracias a sus propiedades antioxidantes.
Por un lado, es rico en ingredientes activos, desarrollando una intensa acción protectora, revitalizante y restauradora de la arquitectura esencial de la piel del rostro. Y, por otro, su innovadora formulación le otorga una textura gel altamente sensorial que, junto al exquisito perfume, aporta bienestar cutáneo. Un beneficioso estado que llega a través de los sentidos y que se refleja en el aspecto de la piel del rostro.
Junto a la selección del elixir de las mejores orquídeas y del aceite de Tsubaki, este sérum además posee otros componentes que trabajan en sinergia, como: Bakuchiol, Vitaminas B, E y C, Colágeno soluble, un sistema antiglicación, Coenzima Q10 y Bisabolol. Una completa combinación de activos que suaviza las arrugas y deja la piel del rostro hidratada, nutrida y luminosa. Además, hace que se vea más descansada, sin estrés y esté mucho más receptiva a los tratamientos posteriores.
Modo de empleo:
Se aplica como primer paso de la rutina de día y de noche, sobre la piel limpia y antes de la crema hidratante, preferiblemente la de la línea Black Orchid Moon.
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